¿ Y eso a qué viene? Os preguntaréis al leer el título. Y yo respondo que es una larga historia que os voy a contar.
- Hola chicos, traigo un reloj nuevo para que podáis ver la hora- dijo Julio al entrar en clase.
"Qué bien, ya no me pedirán la hora" pensé alegre.
El mismito día de la inauguración de ese reloj empezó a dar malas señales: que si no le valían las pilas que tenía porque no, que si bla, bla, bla...
"¿Es a propósito?" pensaba entonces. Sabía que no podía ser tan fácil.
Al día siguiente llegamos sobre las 3 al cole, por ese reloj, claro, por el mío eran las nueve y cinco de la mañana.
Y no os penséis que esto acaba con un final feliz, porque para nada. Al menos para mí. Para los demás sólo es un reloj perdido pero como el mío sigue en pie pues eso fue una pérdida sin importancia. Ahora llegamos a cualquier hora al cole: a la 1, a las 2, a las 3, a las 4, a las 5... .
Fdo.:Guille
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